Hacer cine es caro. Como ya muchos cineastas han expresado, el arte del cine difiere de otras disciplinas en la complejidad de su ejecución. Allí dónde un escritor o un pintor puede enfrentarse en solitario a la consecución de su obra desde el inicio hasta la conclusión, el cineasta necesita reclutar un equipo de profesionales que garantice mínimamente un resultado de calidad.
Si bien es cierto que los equipos digitales han supuesto una enorme facilitación y abaratamiento para la realización de películas (lo que estúpidamente se ha llamado “democratización” del medio audiovisual), también han traído una especialización del espectador, una mayor exigencia de los contenidos por parte de quiénes ya están asombrados a diario por las imágenes en las pantallas de su móvil, ordenador o tableta.
Por estas circunstancias, ahora más que nunca conseguir dinero para llevar a cabo una película o cortometraje para un cineasta novel es realmente uno de los trabajos de un cineasta, del mismo modo que quién quiere abrir una tienda de cualquier producto no puede desentenderse de cómo conseguir dinero para hacerlo en la medida que la imagina. Y aquí es donde la mayoría de cineastas flaquean: siempre se han acercado al cine como una expresión artística de sus inquietudes, pero casi nunca como la recopilación de recursos para conseguir un objetivo: contar su historia.
Si la tecnología ha traído desafíos al cine, también trae soluciones para conseguir financiación:
- Existen múltiples plataformas online donde un cineasta con un proyecto puede darlo a conocer y conseguir apoyos. Filmmarket Hub, Tallentville o Go Into The Story son plataformas donde empezar a mover tus guiones y proyectos para conseguir sino apoyos directos, contactos de interés que te ayuden a conseguirlos.
- La pléyade de Festivales de cine que existen en todo el mundo a menudo abarcan ofertas para cineastas noveles: sesiones de pitching como la de Notodofilmfest o la simple posibilidad de tomar un café con uno de los asistentes al Festival, puede resultar determinante para conseguir lanzar tu idea o al menos un consejo revelador que te ayude a venderla mucho mejor. Tomáte lo noes positivamente, las negativas sirven para aprender.
- Los rodajes mueven dinero en las ciudades donde se llevan a cabo y rara es la región que no dispone de una Film Comission para promoverlos. Acércate a ellas, a sus webs, porque en su entorno surgen propuestas de concursos de guiones y proyectos que consigan esos rodajes para los lugares donde están ubicados o para promover las prácticas de los alumnos de audiovisual de una Universidad adjunta.
- Hacer una película no es rodarla, es montar un proyecto sólido, un dossier que te ayude a convencer y convencerte de cómo será la película y cómo la quieres llevar a cabo. Desde herramientas como Movie Magic, Shootize hasta Storyboardthat o ese amigo dibujante de cómics te pueden ayudar a tener una visión completa de tu película, además de un documento válido para presentar a todo tipo de subvenciones y concursos a lo largo del año.
- Si eres cineasta, ya tendrás algo de material rodado, incluso puedes plantearte grabar un teaser, un clip de tu película de 1 minuto que muestre sin ningún género de dudas su tono y su estética a quién le interese. Además, casi todos ya sabemos cómo ganar dinero en youtube y tener un pequeño ingreso que anime sobre tus trabajos.
- Y, claro, el crowdfunding. Premia con material o participación en el proyecto a aquellos que te aporten una ayuda económica.
Los requisitos necesarios para realizar cine lo convierten en el único arte que lleva indisolublemente incorporado a su concepción la idea de industria, de organización de proyecto, de metodología y planificación de trabajo. El cine, aunque parezca lo contrario, es la menos bucólica de las artes y exige muchísimo rigor. Lograr demostrarlo es lo que te traerá socios, apoyos y financiación a tus proyectos.
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