Tras los innumerables problemas de financiación que Metro Goldwyn Mayer ha pasado en los últimos años, por fin en 2011 pudo ponerse en marcha el rodaje de la nueva entrega de James Bond, uno de los valores seguros en la cartera de la productora.
En esta ocasión, la dirección corre a cargo del Sam Mendes, realizador que ha visto como su prestigio se ha ido desinflando tras sus dos primeras cintas, American Beauty y Camino a la perdición.
Otra novedad a tener en cuenta presenta este nuevo Bond, es el primero que no va a contar con guión de Paul Haggis, el auténtico artífice de la renovación de la serie que ya estaba quedando reducida a un fenómeno de seguidores amantes de la ingenuidad de sus parámetros. A cambio tenemos a John Logan, que suele ser una garantía de calidad como ha demostrado en Gladiator, El aviador o Rango.
Como viene sucediendo en las últimas entregas, en Skyfall la lealtad de James Bond (Daniel Craig) con M (Judi Dench) se pone a prueba mientras el pasado de ésta le acecha. El MI6 es atacado y el agente 007 deberá rastrear y destruir la amenaza, sin importar sus costes personales.
Los aficionados españoles tenemos un aliciente más. El malvado de esta entrega, Silva, está interpretado por Javier Bardem. Será interesante comprobar como el actor se enfrenta a un arquetipo de malvado en el cine que tiene tan ilustres antecesores, un tipo de personaje que en varias ocasiones ha manifestado que se negaría hacer.
