Pet Story
En el cine comercial tienen tanto o más peso los movimientos empresariales como las decisiones técnicas o narrativas de los cineastas. Buen ejemplo de ello pueden ser las recientes compras de Lucasfilm por parte de Disney que ha relanzado Star Wars o el acuerdo de Dreamworks con Disney tan palpable en el aspecto y ambición de Mi amigo el gigante. Algo de ello puede haber también en la génesis de esta Mascotas dentro de la estrategia comercial de su compañía productora Illumination Entertaiment.
Chris Meledandri, productor de cintas de animación tan exitosas como la saga Ice Age, abandonó 20th Century Fox para crear Illumination y empezar la producción de Gru, mi villano favorito. Pronto alcanzó un acuerdo para la distribución con Universal Pictures y el resto de la historia ya la conocemos: taquillas reventadas en todo el mundo con la serie de películas alrededor de Los Minions.
Una vez asentada la serie Gru/Minions llega el momento de afrontar nuevos productos y parece que el camino elegido es, a juzgar por esta Mascotas, la reiteración del modelo de éxito marcado por Pixar con cintas como Toy Story o Monstruos S.A. donde objetos o circunstancias cotidianas de la vida humana tienen un universo y aventuras propias cuando estos no están presentes. Esta vez se trata de una nueva incursión del cine de animación dando vida a perros en el cine.
Cartel de ‘Mascotas’
Crítica de ‘Mascotas’
Mascotas esta pergeñada prácticamente por el mismo equipo que han logrado el éxito de las cintas anteriores de Illumination, formado por los cineastas Yarrow Cheney y Chris Renaud en la dirección y los guionistas Cinco Paul y Ken Daurio. En cuanto a la técnica de animación, no se aprecian cambios con respecto a éstas, teniendo en común el mismo retrato estilizado de piernas larguísimas de los humanos que los alejan del mundo «real» donde suceden las aventuras de los protagonistas, los Minions en unas y las mascotas en otras.
Como en las cintas de Pixar a las que imita, en especial Toy Story, toda la trama se basa en restablecer un eqiulibrio y recuperar el afecto de los humanos tras haber suscedido algún grave incidentes en su ausencia. Incluso el conflicto entre dos protagonistas por el amor de su amo como sucedía con el vaquero Woody y Buzz Lightyear, sucede aquí con los perros Max y Duke. Conflicto que termina con una complicidad entre ambos que les permitirán seguir teniendo aventuras.
Poco más hay que destacar en este estreno de lo que probablemente sea la primera de una franquicia de películas con los mismos protagonistas. Por el momento no han logrado superar el original imitado y, lo que en Toy Story provenía del asombro de descubrir el mundo de los humanos como un escenario lleno de peligro para los juguetes, aquí no se logra, adentrándose a cambio en un submundo de mascotas abandonadas que viven bajo tierra cuyas características vienen a ser lo más agudo de la cinta.
No cabe duda que de que esta apuesta de Illumination por conquistar el corazón de los niños tendrá un gran éxito, pero aún le queda mucha maduración para lograr unas narraciones tan afinadas que también logren entretener a los adultos como logró Pixar en su día hasta colocar el cine de animación como un género más a tener en cuenta.