Baygelow
Michael Bay es uno de los directores cuya obra es más reconocible por el público, quizá por motivos no deseados por el realizador. Su extraordinaria facilidad para la acción espectacular, sobre todo conocida por la serie Transformers, ha provocado numerosas bromas en forma de vídeos virales donde explotan de modo inverosímil objetos cotidianos al caer o chocar con otros. Sin embargo, esta exageración cómica no puede ocultar sus virtudes como realizador para la épica y la narración plena de dinamismo, en cuya reinvindicación parece haberse embarcado si nos atenemos a algunos de sus últimos títulos.
En 2013 Bay sorprendió con una comedia, Dolor y dinero, donde sus habilidades encajaban a la perfección al contar el delirante secuestro llevado a cabo por unos estúpidos y musculados colegas de gimnasio. Tiros de cámara insospechados desde los pedales de un coche, travelling circulares a través de paredes y una conveniente adecuación de los encuadres planos al guión y los diálogos lograron una excelente comedia que hacía olvidar la precariedad de su producción y el habitual alarde de ferralla estallando al que nos había acostumbrado.
Carteles y fotos de ’13 horas’ con John Krasinski, James Badge Dale y Pablo Schreiber
Crítica de ’13 horas’ de Michael Bay
13 horas, los soldados secretos de Bengasi podría ser otra de esas cintas donde Bay se reivindica antes de entregarse nuevamente a las entregas de Transformers, Ouija, las Tortugas Ninja o Bad Boys. Adaptación de un best-seller reciente, se narra la peripecia de un grupo de agentes de seguridad paramilitares en la capital libia protegiendo al embajador, negociadores y espías norteamericanos allí destinados. Cuando la noche del 11 de septiembre de 2012 los rebeldes deciden atacar la embajada, esos seis agentes son la única fuerza de respuesta posible, cuya intervención descubriría la oculta actividad norteamericana.
Es de suponer en el ánimo de los productores, entre los que está el propio Bay, repetir el éxito de las dos últimas películas de la magnífica directora Kathryn Bigelow, En tierra hostil (2008) y La noche más oscura (2012). En ambas, las experiencias de soldados norteamericanos en conflictos bélicos recientes se hacen ficción para lograr un estupendo espectáculo para adultos lleno de tensión, conflictos internacionales, acción visual y experiencias humanas al límite.
Estos ingredientes son exactamente los que encontramos en 13 horas, los soldados secretos de Bengasi convenientemente cocinados por la pericia de Bay. El director despliega su habilidad para ensalzar la épica del soldado en la trinchera cuando ha sido abandonado por aquellos a los que defiende y sólo le queda aferrarse a sus más íntimos valores para sobrevivir.
Bay no es Bigelow, que tiene una caligrafía mucho más precisa y está más dotada para la metáfora visual, por lo que 13 horas, los soldados secretos de Bengasi se limita a mostrar de modo brillante la proeza a la que se enfrentaron sus protagonistas. Bay abandona la experimentación en las posiciones de cámara pero consigue imágenes muy estimulantes con drones, cámaras en mano y steadys, que “casi casi” logran superar la confusión habitual y gratuidad a la que tienden su puesta en escena.
13 horas, los soldados secretos de Bengasi cumple a la perfección con su reivindicación de estos héroes anónimos cumpliendo con su misión más allá de lo que el sentido común ordena. Se echa de menos, en una producción tan conseguida, un poso más profundo, pero confirma a Bay como un director más serio de lo que podría parecer en las redes sociales.
Para todo lo demás, hay que esperar a la nueva película de Bigelow.
Teaser y tráiler de ’13 horas: Los soldados secretos de Bengasi’
https://youtu.be/6HNm6APlNEY
https://youtu.be/zbh7vTj-U5s