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Crítica PEQUEÑOS DETALLES

Pequenos detalles

Un sheriff (Denzel Washington) y un detective de homicidios (Rami Malek) han de colaborar juntos para intentar dar caza a un astuto asesino en serie (Jared Leto).

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Crítica

Hay actores que terminan siendo un subgénero en sí mismos. Ahí están Nicolas Cage, Keanu Reeves o Will Smith, por ejemplo. Actores de los que ves sus películas independientemente de lo que hagan, sin hacer más preguntas, porque hay cierta garantía detrás. Un patrón que, tanto ellos como la industria y el público, hemos construido alrededor de su trabajo.

Uno de ellos y de forma muy merecida es Denzel Washington.

Washington durante mucho años fue algo así como el actor negro oficial, y espero que nadie me dilapide por esta frase. El actor negro en el que se pensaba inmediatamente cuando había un rol protagonista para un actor negro en un película y no era el antagonista o necesariamente negativo. Recogió el testigo de insignes actores como Sidney Poitier y, sin duda, su figura y trabajo a lo largo de décadas han sido claves para que los actores negros hayan terminado siendo tan protagonistas como los blancos en el cine comercial norteamericano.

Washington ha hecho de todo en cine, ha pasado por muchos roles y facetas en la industria. Pero en el inconsciente colectivo ha quedado su arquetipo de hombre moral y justo, con tendencia a la violencia, a veces contra todo sistema y moral imperante en el que su personaje se desenvolvía.

En Pequeños detalles (The Little Things) nos encontramos de nuevo con ese patrón en su carrera, esta vez como detective defenestrado en alguacil al que obsesiona el caso de un asesino en serie en el que lleva décadas personalmente implicado y fue motivo de su caída en desgracia.

Escrita y dirigida con la eficacia habitual por John Lee Hancock, la cinta nos sumerge durante 2 horas en esa investigación que reúne casi todos los clichés del género resolviéndolos sin caer demasiado en la repetición ni los caminos trillados. Y si puede lograrlo es probablemente por el buen trabajo de su trío protagonista, unos muy entonados Washington, Jared Leto y Rami Malek, que demuestra aquí su gran versatilidad.

La cinta no alcanza la maestría y profundidad de obras a las que pretende acercarse como Prisioners (Denis Villeneuve, 2013) o Zodiac (David Fincher, 2006), pero Hancock hace que el conjunto funcione positivamente sin que tengamos necesidad de plantearnos nada más que pasar un buen rato intrigados.

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