El largo camino al Óscar
El actor inglés de ancestros indios Dev Patel se hizo mundialmente conocido gracias a Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008), una eficaz y moralizante cinta sobre el abandono de niños en India envuelta en el celofán romántico de un final feliz en el primer mundo. Un camino que le llevaría a ganar ocho Óscars y fundir las taquillas mundiales.
Mucho hay de intento de repetir aquél éxito en la adaptación del libro biográfico de Saroo Brierley “A long way home”, la historia de un joven australiano adoptado que, veinticinco años después, retoma el periplo que le llevo a perderse con apenas cinco años en su india natal. Sin apenas recuerdos de aquellos días y con la ayuda de Google Earth, Saroo emprende la búsqueda de su pueblo y familia rememorando su penoso viaje hasta la adopción, el mismo que recorren miles de niños allí anualmente.
Nada se le puede reprochar al intento de repetición de un éxito, sobre todo si se hace con dignidad y una buena dosis de cine en su interior. Y ciertamente, Lion lo tiene.
Cartel y fotos
Crítica de ‘Lion’ dirigida por Garth Davis
Con producción mayormente australiana e implicando a un director del país debutante en el largo y a la mayor estrella de cine que ha dado aquel continente, Nicole Kidman, Lion defiende su guión con acierto y novedad, procurando transcurrir por raíles diferentes a los ya conocidos, pero también escurriéndose hacia el sentimentalismo cuando se abordan temas que distraen la finalidad de sus productores: emocionar, reconfortar y lograr éxito y premios.
Aún así, Garth Davis regala al espectador una primera media hora de cine apabullante. La narración de la pérdida del niño Saroo en un viaje que le lleva a 2.000 kilómetros lejos de su casa es cine de gran calidad, inoculado al espectador gracias a la presencia de Sunny Pawar, un crío descubierto para la película que engancha al espectador más incrédulo. Treinta minutos de buen cine casi sin diálogos, angustia y ternura que se mete al patio de butacas en el bolsillo.
Sin embargo, una vez que la trama se centra en la búsqueda del Saroo adulto encarnado por Patel, la cinta decae. No por menoscabo de sus técnicos sino por voluntad propia de transcurrir por caminos transitados y seguros. Temas como la desprotección de la infancia, las relaciones familiares conflictivas, lo cuestionable de las adopciones “de conciencia” e incluso el tráfico consentido que éstas provocan son relegados para lograr una historia de autoconocimiento, búsqueda y redención emocionante, pero manida.
Lion probablemente acaparará éxito y muchos premios con gran merecimiento, pero también nos escatima la oportunidad de indagar en nuestra conciencia sobre asuntos peliagudos que preferimos no remover. Un largo camino pendiente de recorrer a un lugar donde quizá nos nos guste llegar.