Cuando el mundo es consciente de que el asteroide más grande de la historia va a impactar en la Tierra y aniquilar todo rastro de vida, los gobiernos de todos los países realizan un sorteo en el cual los afortunados podrán sobrevivir en refugios secretos.
Esta decisión desata un caos a nivel mundial. Muchos tendrán que emprender un peligroso viaje donde se enfrentarán a los más imponentes peligros de la naturaleza, lo que les obligará a encontrar la manera de mantenerse unidos mientras encuentran la forma de sobrevivir.
Tráiler
Crítica
El cine es una industria y como tal su primer objetivo es producir y repetir modelos de éxito. El cine de catástrofes es uno de ellos, de probada fiabilidad pues reúne espectáculo, emotividad, épica, asombro, efectos visuales, tensión, peligro… un filón para llevar gente ante la pantalla.
Pero como en toda industria la repetición excesiva del modelo exitoso corre el peligro de olvidar su esencia, distraerse demasiado en la efectividad de su maquinaria, en la meticulosidad por reproducir el mecanismo que la haga funcionar olvidando sus motivaciones.
Ese es el problema de Greenland, una cinta de factura impecable, incluso con algunos efectos visuales de gran calidad, que olvida absolutamente lanzar los cables emocionales al espectador para engancharlo o que a fuerza de estar tan usados, le resbalan.
Ahí están ese matrimonio con problemas, ese hijo enfermo, esa catástrofe espectacular, ese mundo en peligro, esa huida contrarreloj por todos los medios superando dificultades increíbles… pero todo nos da igual. Una mera yincana que observamos como el partido de dos equipos que no nos importan.
Greenland hace un flaco favor a su guionista, Chris Sparling, que ha dado muestras de originalidad en otros trabajos y sobre el que mantenemos el beneficio de la duda porque parece improbable que su guion inicial se corresponda al resultado filmado. Pero confirma que su director Ric Roman Waugh, tras 8 películas, no aparenta prometer mucho más que ser un aseado capataz en esta fábrica de cine. La pareja protagonista, Gerald Butler y Morena Baccarin, cumplen dentro de sus sabidas limitaciones.