
Algo atávico tiene la historia de Jesucristo que la podemos consumir en diversos formatos y siempre suscita interés. El relato del niño que crece en un ambiente hostil, se forma en silencio, termina rebelándose y lidera a los suyos frente al poder establecido, convirtiéndose en mártir cuya huella y ejemplo queda en nuestra memoria, es un paradigma narrativo repetido innumerables veces. Hay quién afirma que la celebérrima E.T. El extraterrestre (Steven Spielberg, 1982) no es más que una revisión de esta historia. “Estaré justo aquí”, decía el alien señalando la mente de Elliot al subir a los cielos. Qué es la fe, sino eso.
Cartel

Crítica
El cineasta Nate Parker se embarca muy personalmente en todos los aspectos de este proyecto que no por casualidad tiene el mismo nombre que la obra maestra de David W. Griffith. Aquella película supuso históricamente un respaldo al movimiento esclavista que Parker pretende contrarrestar con su obra.
Aunque el tiempo tendrá que decir si El nacimiento de una nación resulta una obra tan influyente como su homónima precedente, sí es relevante que se une a una larga estela en de cintas reivindicativas de personajes que lucharon contra el esclavismo. Las recientes Los hombres libres de Jones (Gary Ross, 2016) o la premiada 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013) son dos ejemplos de ello, probablemente influencia de la llegada de Obama a la presidencia.
Aunque ninguna de ellas ha logrado romper hitos cinematográficos ni sobresalir excepcionalmente, hay que reconocerles a todas una factura excelente. En la cinta de Parker, además, hay una preocupación especial por la descripción de caracteres, donde se señala tanto a los que mantenían una actitud sanguinaria como a los que bajo un trato melifluo escondían un interés ajeno a la libertad de sus esclavos. Ésa quizá sea su mayor aportación, bien explicada en el personaje interpretado por Armie Hammer.
Por lo demás, el filme de Parker resulta eficaz en la representación y descripción de los motivos de su protagonista y su rebelión violenta, pero se excede en los subrayados sobre su carácter mesiánico, ya explícito en sus actitudes. En cualquier caso, anuncia futuros trabajos de un cineasta interesante que probablemente incida mucho más en su faceta como realizador en lugar de la de actor.
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