Un gorila llamado Iván (Sam Rockwell) criado desde niño por Mack (Bryan Cranston) trata de unir las piezas que conforman el puzle de su pasado con la ayuda de Stella (Angelina Jolie), un elefante con el que urde una promesa para huir de la cautividad.
Cartel
Crítica
Más allá del imperio que Disney ha construido gracias a una encomiable estrategia de compras empresariales y distribución de contenidos que abarca décadas en el futuro, no le podemos negar que de cara al espectador han logrado hacer de la excelencia de sus productos un rasgo reconocible, un sello distintivo, una marca de fábrica.
Ese «más difícil todavía» cualitativo de la compañía en todo lo que hace se encuentra también en esta historia circense de Iván, un gorila real que fue la atracción de un centro comercial durante 27 años.
A pesar de tener innumerables referentes propios y ajenos en los que podía perderse (Dumbo, sin ir más lejos), El magnífico Iván traza su propio camino de la mano firme en la dirección de Thea Sharrock y un ajustadísimo tono que jamás se deja llevar por emociones fáciles ni sobados maniqueísmos entre animales y humanos, tan característico de este tipo de fábulas.
Angelina Jolie, entre otros, produce y da voz a uno de los personajes de esta historia que satisface por su elegancia, contención emotiva y efectos visuales cuya sobria perfección logra que se olviden desde la primera imagen.
El magnífico Iván es, por tanto, un espectáculo familiar de alta calidad que seguramente pasará al inconsciente colectivo de una generación de niños como lo han hecho tantos y tantos otros títulos de la compañía.
Bienvenidos al magnífico mundo de Disney, señoras y señores. Pasen y vean.