En su última visita a España el crítico de cine Jonathan Rosenbaum dijo que el futuro del cine, al menos tal y como él lo veía, estaba “en el límite entre el documental y la ficción”. Rosenbaum resumía en esta frase cierta incapacidad del cine hecho digitalmente para atrapar la realidad, lo verdadero, ese fin último que tiene el cine como arte.
Los cineastas Blanca Torres y Gabriel Velázquez han pergeñado una obra que, en ese sentido, hará las delicias de Rosenbaum. Análisis de sangre azul recurre al artefacto found footage para traernos las grabaciones que el Dr. Pedro Martínez realizó en los años 30 mientras dirigía un sanatorio en el Pirineo aragonés.
A medio camino entre la investigación científica y el documento de archivo, las imágenes grabadas por el Dr. Martínez nos sumergen en el mundo cerrado de ese sanatorio en un valle inhóspito donde aparece un ser extraño y diferente apodado El Inglés, que pasa a formar parte de la ya singular comunidad hasta conseguir transformarla genéticamente.
Cartel
Crítica
Bebiendo de referencias tan notables como Nanouk, el esquimal (Robert Flaherty, 1922) o la más cercana Las Hurdes, tierra sin pan (Luis Buñuel, 1932), Torres y Velázquez explotan a la perfección unos limitados recursos de rodaje y producción para lograr que el espectador se ilumine con lo que está viendo. No sólo queda patente la habilidad y conocimiento de ambos para recrear un material que pudo haber sido rodado hace 80 años, sino que lo hacen de tal modo que el espectador llega a sentir esa fascinación ante unas imágenes que descubren por primera vez unos hechos, unos personajes y un territorio ocultos hasta ese momento.
Análisis de sangre azul es una concisa y bella obra que devuelve al espectador el placer primigenio de mirar y descubrir en una sala de cine. Y que, como su protagonista, ha venido a un mundo lleno de cine digital para inseminarlo con su alma cinematográfica, esa que camina en un frágil equilibrio entre ficción y la realidad.
Además, sus imágenes formarán parte de otro proyecto cinematográfico de sus creadores. Una inteligente maniobra de producción y distribución que puede resultar un hito en el cine español para cineastas venideros. Parece que El Inglés ha venido hasta nosotros para abrir nuevos caminos, como en los Pirineos de los años 30.